Julián
Yo siento una opresión infameYo siento una pasión siniestra
Es fiero el dolor que acecha
Y mi alma casi esta deshecha.
Más la luz de la justicia inflame
La antorcha de amor que es vuestra
suplico que mi cuerpo aguante
este cuerpo que aún me atormenta.
Tú amado eres dosis que amortigua
Pureza que derrama cual milagrosa agua
Dichosa es la virtud del alma que ame
Y sienta una gloria cual la nuestra.
Sépase bien que tu espíritu es emblema
Y que en el saxofón la armonía subleva
Las tempestades de almas desesperadas
Que de justicia ahora están sedientas.
Hay en tus rizos rebeldía bailando
Hay en tus ojos el fulgor de los milagros
Hay en tus labios palabras sensatas
Y un palpitar de apasionados cantos.
Tus músculos firmes como tus pasos
Y un palpitar de apasionados cantos
Si en mi ficción lo comprometo tanto
Disculpe usted si le he causado espantos.
Más mi delirio es tanto, tanto lo que me ha hechizado
Con su porte de caballero y su espíritu errante
Que su voz la he guardado al igual que su semblante
Para que en mis noches desoladas pueda contemplarle
Desde lejos para amar así su inteligencia de hado
Hasta nombrarle Julián, mi bien amado.
Así que muso mío, Julián de mi vida
Yo agradezco su existencia enigmática
Su presencia ausente, su eminencia altiva
Y la sencillez de su admirable alma.
No le admiro como fan que ha encontrado
A su cantante y se ha deslumbrado por su voz
Ni por el pasmo que ha de causar como orador
Tampoco porque en poco tiempo será símbolo
De la nación y el universo todo le conocerá.
Le amo por su música ecuánime al hablar
Por tener el valor de fantasear al escuchar
y por la pasión sincera y sus gestos sin igual
¡A que airosa forma espontánea de conquistar!
Le amo porque ha encendido lunas plateadas
En mis noches sombrías y apagadas
Me ha hecho volar en pegasos morados
Y me ha hecho dichosa en momentos desangrados.
Le amo porque desde los horizontes ha tocado
Mi alma y la ha hecho florecer de mil maneras
Aún cuando mi cuerpo que han hecho estéril
La tierra de mi espíritu es fecunda y hay un “jardín
De la memoria” donde has puesto las semillas.
Por eso le amo, con delirio loco
Mí refulgente Julián, mi lucero
Tesoro divino, regalo del cielo!
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