“Si pudiera cambiar todas las palabras
Que he escrito por estar a tu lado lo haría”
El sol
¡Ay! Julián
Julián de mi vida
Cuánto me duele dejarte así
No puedo, ni quiero
Despedirme de ti.
Hemos cosechado lirios violetas
Embarcados en sueños plateados
Fuimos juzgados por nuestro soberbio amor
Más ¡No hay soberbia en el amor!
Más bien es un milagro que no han experimentado.
Turbulentas infamias acosaron
Nuestros caminos, para alejarnos
Y ni el Atlántico pudo desafiarnos.
Embrujos, pócimas, maldiciones e injurias
Presidentes y vicarios aleados
Para la inquisición clandestina
Y millones de almas pérdidas
Para que yo perdiera la vida.
Te dejo la aurora naciente
El crepúsculo tiñendo
El aura de las nubes y la luna
Encendida palpitando entre los bosques
Ahogada en las lagunas, allí y nomás me busques.
Un sollozo enternecido,
el aire suplicante será mi voz.
Una lluvia amotinada de recuerdos
Será mi fría pasión.
Te dejo un beso fresco y dulce
En los labios escarlata de la sandía.
Y para poder verte, amor, recuerda
Recuerda que apagarte no puedes
Porque tú, tú eres el sol.
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