domingo, 1 de junio de 2014

Poseída

Poseída de tu amor,
de tu nombre,
de recuerdos relámpagos
donde brilla tu imagen como
destellos de rayos efímeros.

Poseída del recuerdo de tu voz,
de la palabras dichas y calladas
del lenguaje de tus ojos y de tus gestos,
de tus colores tornasoles de cielo.

Poseída de tu valeroso encanto,
de tu amor callado
que palpita en el sol
para alumbrar el mundo,
de tu peculiar acento.

Poseída de ti sin tu cuerpo,
poseída de tu imagen
¿Qué importa si me llaman hereje,
blasfema, hechicera, bruja por no ir a misa
por no darme golpes de pecho,
por no creer en los sacerdotes,
por cuestionar su incongruencia?

¿Acaso no amo como Dios manda?
¿A caso no doy la vida por los otros?
¿A caso no he dado la otra mejilla?
¿A caso no recibido besos de traición?
¿A caso no me han vendido por unas monedas?
¿A caso no me han entregado al verdugo?
¿A caso no he sentido látigos de desprecio?
¿A caso no he recibido palabras de desprestigio?
¿A caso no estoy sentenciada a muerte por amor?
¿A caso soy yo la que persigue?
¿Soy yo la que mata con infecciones letales?
¿Soy yo la que hostiga?
¿Soy yo la que levanta falsos testimonios?
¿Soy la que codicia cosas materiales?

Yo no pertenezco a religiones ni a sectas,
no me apetece juntarme con fariseos ni sofistas,
te pertenezco a ti,
respiro, vivo y muero por ti,
estoy poseída de amor, de lujuria de palabras,
de avidez de tu cuerpo que no poseo,
de tu imagen que siento a mi lado.

Estoy poseída en cuerpo y alma,
de tu magia de tu fuego que arde
en mi piel y en mi pecho,
poseída de tu espíritu benigno
que me toca el alma,
que me hace volar sobre el caos,
que me eleva sobre el mal,
que me besa con el deseo,
que me aspira con el recuerdo,
dejo que sólo tú me hagas vibrar,
con la contemplación de tu anhelo,
que me recorras completa
desde el rostro a las venas,
con los sueños de vida,
con las ansias de amor,
con los ojos sin tregua,
con oídos alerta,
con el gusto de fruta,
con el tacto en espera
con el sexto sentido
para que presienta
tus pasos cuando
se acerquen a mí,
nunca he prometido ser un ente divino
me sé pecadora y mortal
mi pecado más grande es amar,
Dios no está presente en su odio,
Dios está latiendo en mi amor.








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