martes, 24 de junio de 2014

Los Milagros de Nuestro Encuentro

Yo estoy acorralada en el exilio y ustedes están tan lejos,
mi corazón palpita a cuenta gotas, sin fuerza, soy joven y me siento tan débil y lo veo en la vena basilica que se manifiesta en tímidos saltos de miedo.

Lo más difícil es levantarme día a día sabiendo que no voy a verte,
 en un día en que no voy a besarte,
 en que no voy a tomar tú mano, 
en que no voy a tocarte para saber que eres real.

Hasta el aire se sofoca, 
los pájaros cantan con melancolía,
 los zancudos acercan a mi oído,
 su zumbido es para recordarme que estoy en la cárcel.

Que hay un perímetro donde las cámaras me acaparan violando mi cuerpo desnudo con miradas avariciosas,
 donde los rastreadores de una poeta izquierdista se ciñen a mis pasos, donde los policías rodean las carreteras para darme un grito de imagen que me recuerda que estoy encerrada.

Por qué es posible ver a todo mundo menos a ti?
Por qué se reúnen las personas del pasado y del futuro
 y tú que eres mi presente distante palpitas en cada segundo en que desperdicio mi vida sin ti?

Al menos tengo un gran amigo que me envía mensajes de humo en que verifico que mis palabras llegan a tus ojos y que me respondes con los sentimientos de los colores.

Todo la crueldad humana es posible en cada bocado y en cada sorbo,
 lo imposible es un beso tuyo, lo imposible son tus palabras contenidas,
 lo imposible son tus caricias, lo imposible es que tu brazos me resguarden de tanto peligro.

Pero el amor es la locura más grande del mundo,
es una enfermedad mental tan extraña que se atreve a sobrevivir a todo tipo de obstáculos y a desafiar al mundo entero así como a la muerte,
 el amor conjura con la luna llena de recuerdos de lo que no ha pasado.

El amor es una fuerza más poderosa que el tiempo,
el amor es lo dulce del agua de lluvia y lo salado del mar con sabor a un cuerpo nunca poseído,
el amor es el susurro del viento que se cuela por las rendijas para restaurar en sueños lo que no se puede en la vida,
el amor es fuego, fuego de tus palabras escritas, fuego de la inmortalidad de tu nombre, fuego de tu corazón que yo hago arder con mi poesía,
 fuego de un leve contacto de dos cuerpo días contados en que sucedieron los milagros de nuestro encuentro. 



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