lunes, 23 de junio de 2014

Los truenos son los gritos de Dios

Los truenos son los gritos de Dios
que con su luz estremece todos los cielos
y baña toda la tierra iluminada por sus rayos,
la lluvia cae para los sedientos enamorados.

El aire estalla arremolinando todos los sueños del mundo,
el mar se cimbra como una muchacha virgen
con el contacto palpitante y  contenido del recuerdo,
 la lluvia canta imágenes  de su hombre amado.

Yo te regalo toda la lluvia presente
y la que queda por manifestarse hasta la eternidad,
yo soy cada paisaje donde andan tus pasos
y tengo una sed de ti como las raíces de los árboles abandonados.

Pero aspiro tu aroma a tierra mojada
y te bebo en el café como antes te sorbía con la mirada,
yo soy la luna que penetra su luz en tu habitación
y te regalo los juegos de las sombras en las paredes
ahí donde eres señor y dueño mío a pesar de la distancia.

Y tu poder recorre kilómetros, mares y playas
es el imán que alborota las olas
eres hechizo que alborota mis hormonas,
eres seducción que alborota mis neuronas.

Nos volveremos a encontrar por la fuerza del destino,
por la ley gravitacional, por la ley de Dios sin sacerdotes
por la ley de la vida y por la ley de atracción
 y juntos haremos añicos la Ley de Herodes.









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