El cielo hoy
disimuló lo que planeaba y sin previo aviso soltó un llanto amoroso pero con
dolor y furia en que se deleitó la tarde entre nostalgia y placer, así me
siento cuando se manifiesta tu existencia pensando en mí.
Te amo, te amo, te amo apasionada y melancólicamente,
no creí que existiera él héroe que yo imaginaba y ahora que el destino nos ha vuelto a reunir
no voy a desobedecer el designio de Dios de amarte tanto, no voy a privarme de tu encanto.
Amor mío, mío de mí, para mí, para mí! quiero estar en tus brazos, en tus labios y en tu piel, mientras tanto me conformo con estar en tu mente y en tu corazón.
Nadie podrá derribarnos, somos fuertes, muy fuertes y juntos somos invencibles. Por qué si somos insignificantes nos temen?
No tenemos más armas que nuestra voz, nuestra pluma, nuestra tinta histórica, una correspondencia de mensajes de humo de colores, un deseo carnal, intelectual y espiritual.
Todo eso es lo que me seduce, ninguna historia puede guardar tanta intensidad como la nuestra, ningún encuentro puede ser más pasional como el que nos espera.
Todo el mundo está atento a nuestros pasos y a nuestros ecos, todo mundo está empeñado en separarnos y eso provoca que crezca mi anhelo de ti.
El poder del agua, tú lo sabes, es imparable y nosotros somos agua, el agua en que nos bebemos el uno al otro, el agua con que nos bañamos, el pretexto justo para desnudarnos y tocarnos la piel y quedamos inmersos de lujuria y tú te sumerges hasta mi alma, no sé si es privilegio o es castigo, si es locura o delirio, pero es lo único que tenemos por el momento.
Pero no será así por siempre,
pronto volveremos a encontrarnos frente a frente y nadie volverá a separarnos, limpiaremos los malos recuerdos como el agua que limpia formando cascadas en escaleras y se esparce por las calles y así bañados uno en el otro fundaremos una nación pura y reforestada como nuestro amor.
Te amo, te amo, te amo apasionada y melancólicamente,
no creí que existiera él héroe que yo imaginaba y ahora que el destino nos ha vuelto a reunir
no voy a desobedecer el designio de Dios de amarte tanto, no voy a privarme de tu encanto.
Amor mío, mío de mí, para mí, para mí! quiero estar en tus brazos, en tus labios y en tu piel, mientras tanto me conformo con estar en tu mente y en tu corazón.
Nadie podrá derribarnos, somos fuertes, muy fuertes y juntos somos invencibles. Por qué si somos insignificantes nos temen?
No tenemos más armas que nuestra voz, nuestra pluma, nuestra tinta histórica, una correspondencia de mensajes de humo de colores, un deseo carnal, intelectual y espiritual.
Todo eso es lo que me seduce, ninguna historia puede guardar tanta intensidad como la nuestra, ningún encuentro puede ser más pasional como el que nos espera.
Todo el mundo está atento a nuestros pasos y a nuestros ecos, todo mundo está empeñado en separarnos y eso provoca que crezca mi anhelo de ti.
El poder del agua, tú lo sabes, es imparable y nosotros somos agua, el agua en que nos bebemos el uno al otro, el agua con que nos bañamos, el pretexto justo para desnudarnos y tocarnos la piel y quedamos inmersos de lujuria y tú te sumerges hasta mi alma, no sé si es privilegio o es castigo, si es locura o delirio, pero es lo único que tenemos por el momento.
Pero no será así por siempre,
pronto volveremos a encontrarnos frente a frente y nadie volverá a separarnos, limpiaremos los malos recuerdos como el agua que limpia formando cascadas en escaleras y se esparce por las calles y así bañados uno en el otro fundaremos una nación pura y reforestada como nuestro amor.
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