lunes, 11 de noviembre de 2013

Señor, amigo mío!

¡Señor, amigo mío!
en la derrota y en los intentos
en los triunfos y en los sueños,
son para usted, éstos mis versos.

A veces mi alma se viste de dicha
otras muchas de melancolía,
no es fácil vivir en una guerra
y a veces me desespero.

¡Señor, amigo mío!
No ha de ser fácil ser viento
que deshoja los miedos
no ha de ser fácil ser agua
para la boca del sediento.

Esta espera es muy prolongada
y son exhaustos estos climas del desierto,
a veces mi alma se encuentra apagada
cuando en la obscuridad palpo lo incierto.

¡Señor, amigo mío!
No ha de ser fácil ser el atlante de México
ser protector de una nación dolida y lastimada
ni ser caballero andante, ni obstinado tripulante
no ha de ser fácil ser de los pocos que hay en cada siglo.

Más hay mucho que se puede lograr
si se tiene el cabello de los sueños de nube
los pies en tierra firme y las mano tendida

al necesitado, sin condiciones estoy a su lado.

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