miércoles, 18 de septiembre de 2013

Pequeña y grande

Me siento triste y feliz
pequeña y grande
entusiasmada y jodida,
así son las mujeres del mar.

Yo galopo por las olas
cada mañana y al caer la tarde;
mujeres de los dos polos
que ríen y luego lloran.

Que aman y se enojan
que gritan cuando callan
que hablan con los ojos
que besan con los versos.

Que acarician con el pensamiento
que se enfurecen en calma
que parlan con la yema de los dedos
sobre el frío teclado.

Que miran la pantalla como si fueran ojos
que envían cartas, al amado lejos
que atesoran su recuerdo
cual reliquia revolucionaria.

Mujeres cuyos pasos no retroceden
y saben andar por la vereda elegida
que suben cuestas aunque el sudor
se pegue a la ropa y la sed engañe.


Así somos las mujeres de hombres inmortales
y los llevamos a todas partes
en nuestras noches solitarias
como un talismán de nieve y fuego.

No nos queda más que contar
las horas pasadas con recuerdos
y las que vienen con sueños
mientras se  mueren los años.




No hay comentarios:

Publicar un comentario