Un espejo de cristal
es un espejo de agua,
es un espejo de llanto
que gotea tristezas,
y la trémula lágrima
guarda la imagen del amado
que cuando cae al lago desolado
crea una onda que estremece
todas las aguas del planeta,
todos los momentos vivos y los no vividos,
todo lo
imaginado y lo deseado,
se cimbra la tierra,
y el tiempo oscila
entre el pasado y el futuro
para que el mensaje divino
llegue a los oídos del amado,
para que los simbolismos
salten a los ojos
y se queden vibrando en los sentidos,
palpita la
tierra
con su corazón rojo
rebosante de
amor
como el de los labios carmesí
que no han sido besados
desde hace tiempo,
llora la resina de los árboles
con color a miel del beso postergado,
y queda una herida
que destila las siluetas
de recuerdos apartados
que unidos en el orden de los hechos
forman como una película
personal que guarda la historia
de encuentros emocionantes
amorosos
de seres que aún no se han entregado.
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