Caen
las horas como caen las hojas
y las
memorias son fantasmas
que siempre
persiguen,
pero
hay recuerdos del futuro imaginado
que nunca
llegó a realizarse, esos duelen.
Hoy
me queda el lamento de Octubre
que suena
como un triste nocturno
en que
la luna dibujó su aura
mientras
el alma se quedaba obscura.
La
soledad acompañada de vino
es como
un beso en la boca
de alguien
que está ausente
hoy me
queda el delirio de octubre.
Como
una esperanza hueca
como
un vacío lleno de melancolía
como
un abrazo del frío
como
un remolino de tanto lío.
Hoy
me queda el delirio de Octubre
como
el teclado que un día tuve
como
unas manos que no me han tocado
como
aquél beso jamás dado.
Hoy
me queda el lamento de Octubre
como
la banca en que te espero
como
en la fuente que nunca bebo
como
el deseo de ser libre
como
esta fiebre que me sacude.
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