Dionisio
me ha embriagado
con
dos copas de vino blanco
y
dos de vino tinto
el
paisaje me parce mareado
mi
edad es tan incoherente.
Estoy
sola a estas horas de la noche
que
mi realidad tan cruda espanta
sólo
escuché poesía chilena
de
amor cotidiano armónico
y
todo bastó para el estado beodo.
Todo
era tan mágico, tan irreal,
las
columnas de piedra barroco
eternas
y perdurables más que yo
las
calles testigo de mi locura.
Y tu
ausencia más honda que nunca
como
un temblor de manos sin consuelo
como
un temblor de frío en pleno invierno
sin
brazos en que refugiarse
ni
en quien caer despierto para amar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario