Mi
vida es una guerra silenciosa
mis labios muerden las palabras
pero mis dedos hablan
de lo que son testigo mis ojos.
Hoy llegaré distinta
el arrebato de ayer ha marcado el día
todo será hostil y yo seré un faquir,
me tranquilizará el aire frío
que mece la flor de carretera.
Me portaré como quien ha alcanzado
el Nirvana y a mi corazón le pondré una
coraza
para que nadie lo arañe, para que no lo rasguen
ni siquiera tú ni tu complicado silencio.
Mi frente permanecerá altiva
mi
cuello arrogante, mis rodillas erguidas,
y caminaré por la calle como una mujer
inquebrantable
sin odios, sin despechos con un amor
envidiable.
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