Este Guetto donde vivo está custodiado por el muro de la vergüenza,
pero hoy el mundo entero sabe que existe, que existo, que soy tan real, tan de
carne y hueso, tan yo misma, con estallidos de alegría, de dolor, de llanto
verdadero, de vida, de muerte, pero sobre todo de “amor, amor, mucho amor”
porque si bien he vivido y he narrado una historia de terror también se
entrelaza con una historia de romance porque es precisamente mi héroe amado el
que me ha salvado de la locura y de la depresión. He invocado que me liberen
desde que crucé por el puente de los suspiros, he colocado cada verso de mi
desdicha entre las piedras del muro de los lamentos, para que todos los seres
humanos de distintos colores, razas, naciones, culturas y lenguas me ayuden a
liberarme por la dicha de mi existencia al igual que por el bien común ya que
el fascismo debe extinguirse de la tierra y con mi testimonio podrá haber
justicia para las demás víctimas.
Nota: El término “ghetto” viene del nombre del barrio judío de
Venecia, establecido en 1516. Durante la Segunda Guerra Mundial, los ghettos
eran distritos urbanos (de menudo cerrados) en los cuales los alemanes forzaron
a la población judía a vivir en condiciones miserables. Los ghettos aislaban a
los judíos, separándolos de la población no judía así como de las otras
comunidades judías. Los nazis crearon más de 400 ghettos. https://www.ushmm.org/wlc/es/article.php?ModuleId=10005752
https://www.youtube.com/watch?v=LqBApHu3oD4
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