¡Te
amo!, lo dicen mis lágrimas
que empapan
las mejillas
me lo
dice la noche sonámbula
de mis
horas marchitas.
¡Te
amo! lo dice esta espera
tan prolongada,
mis años
dedicados
a nuestros secretos,
y en los paisajes de la primavera.
¡Te
amo! en este silencio
y en
mis soledades profundas
en mis
sueños más hondos,
en mis
aguas más frías.
¡Te
amo! en la ausencia de tus manos,
en la
ausencia de tus labios,
en la
sombra de mis fantasías,
en mi
locura contenida.
¡Te
amo! en la esperanza
amenazada
por los miedos,
en mi
corazón que palpita
por ardientes deseos.
¡Te
amo! en la raíces de tu esencia
que he
regado con agua del río,
en toda
tu magnificencia
de tu
soberbio cataclismo.
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