“El amor es como
los fantasmas, todos hablan de ellos pero sólo algunos los han visto”. Dice la
gente y yo les creo. Hay quienes no creen en el amor, piensan que cuando
las hormonas se alborotan con
alguna persona en especial es porque la reproducción es más factible y es
cuestión biológica. Atestiguan que la costumbre hacia alguien vuelve
dependientes a los individuos pero eso no es amor. En efecto suelen darse ese
tipo de casos pero el hecho de que no hayan amado no quiere decir que el amor
no existe.
El enamoramiento
se da cuando descubrimos que una persona nos gusta y provoca deseo carnal. En
el inconsciente tenemos el bosquejo de
la pareja ideal que tiene características que nos ha inculcado la
familia, la sociedad, los medios de comunicación, la literatura, etc. La
persona que nos gusta puede cumplir con algunas expectativas o con todas, pero
el enamoramiento es algo pasajero y
después de eso pueden suceder dos cosas, una es la decepción de conocer
mejor a la persona y es cuando nos damos cuenta de que no cumple con las
cualidades deseadas, y otra es que cumpla o supere el ideal y es cuando hemos
pasado del enamoramiento al amor.
En lo particular
amo todo lo que me apasiona y no concibo el amor sin pasión, una persona puede despertar deseo sexual, pero no
es lo único, yo no amo si no despiertan en mí
una fuerte atracción intelectual
y espiritual aparte de la física.
Eso no ocurre con frecuencia, a los afortunados les sucede “solamente una
vez” a otros más de una, tres tal vez. Pero no es algo que suceda a menudo
porque si no dejaría de ser el amor algo extraordinario.
“El amor
verdadero hace milagros, porque él mismo ya es el mayor milagro” Afirma Amado
Nervo. Yo pongo por sobre todas las cosas al amor porque afortunadamente me ha
sucedido. Para Anacreonte y muchos griegos era más valioso el placer que todo
el oro del mundo, nada puede causar más placer que el amor incluso aunque no
esté consumado no obstante ese es el fin más apetecible; la realización, la
plenitud, el orgasmo con el ser amado.
Sin muso no hay
poema, sin amor no hay poema que yo pueda escribir; siento, pienso, vivo, amo
amor, es mi tema favorito por eso amo la literatura porque es el tópico
predilecto de los escritores, mi manera de amar es la palabra y por supuesto los grandes actos, como los grandes
sacrificios se hacen por amor. “El amor es lo que mueve el mundo y éste se
arrodilla ante su grandeza”. (La Aldea).
¿Cómo se
conquista? He aquí una respuesta tan cierta “Amar es el más poderoso hechizo
para ser amado” fueron las palabras del escritor barroco Baltasar Garcián. Si
se tiene la capacidad de sentir amor es lo que uno vas a brindar sin medida,
sin condiciones, sin cordura y hay una gran probabilidad de que amando ser
amado, es decir ser correspondido.
Cuando una pareja ha superado obstáculos,
cuando podemos crecer en todos los aspectos acompañados de alguien que siempre
va a estar ahí para nosotros, entonces podemos decir abiertamente fuertes
palabras “Te amo” y podemos considerarnos afortunados e incluso bendecidos
porque estamos cumpliendo con la principal misión de la vida amar y ser amados.
Por fin voy a
decirles la verdad. A los 27 años he logrado reunirme con mi amado Julián, no
ha sido nada fácil, a pesar de que nos conocimos en el 2005, empezamos una
correspondencia romántica en el 2010, no fue cara a cara, todo ha sido mediante
cartas, después de mantener una relación clandestina de cuatro años ahora puedo decir que todo es
real y palpable.
Cuando amaneció me
complació ver como cayó la luz del sol sobre su varonil y hermoso rostro, sus
rizos regados en la almohada, al contemplarlo lo siento tan mío, como la noche
anterior en que hicimos el amor por primera vez.
Ayer un amigo en
común al fin pudo reunirnos, nuestra cita fue en un mitin revolucionario
dirigido por nuestro líder pacífico, después de dar testimonio de nuestro caso
y de contarnos todo lo que era necesario transmitir con palabras sonoras,
después de que hablaron nuestros ojos y
nuestras manos palparon las primera caricias de amor sucedió lo esperado por
años. Subimos al ático de la casa donde debía resguardarme. Él quería
esperar como un caballero dispuesto a actuar
con rectitud, pero yo no, me había cansado de las reglas sociales y religiosas,
los momentos no se repiten y menos las oportunidades.
Mi mano se posó
sobre su corazón encendido galopando al ritmo de la canción “Love song for a
vampir” él me dio un abrazo cálido, protector, fuerte, posesivo, luego deslizo
su mano por mi espalda erizándome la piel, siguieron los besos tiernos, luego
los apasionados, mordí sus labios carnosos.
Me quitó el
vestido, desabotoné su camisa, y nos “despojamos de todo lo demás” no sentí
pudor, había soñado tantas veces con ese momento que sólo quería que sucediera
y llegar al clímax.
Se acercó, sentí el
candor de su cuerpo, la electricidad recorriendo cada milímetro de mi piel,
dejé que galopará sobre mí en un vaivén de olas de mar, nos inundamos de besos,
nos inundamos de agua, apreté sus muslos duros y espléndidos, rasguñé su
espalda, se aferró a mi cintura, se hundió tan dentro como lo había hecho antes
de mi pecho, me elevó, las palabras susurradas eran conjuros que han memorizado
mi alma, me estruja, me aprisiona, soy suya, sólo suya para siempre, desde la
primera palabra del alba, desde mis neuronas que retienen ese momento para
siempre, hasta las arterias de mi corazón que vuelan a todo trote, ejercí mi papel dominante, y me porté como una yegua
desbocada, como una monja reprimida que tiene la oportunidad de realizar todas
sus fantasías.
Agradecí a los
dioses, creí en los milagros, comprendí la significación de la vida, éste
también será un día especial, lo despierto con besos, vamos a acompañar a
nuestro líder para hacer una revolución de conciencias, también planeamos
formar un grupo musical, será trova con saxofón, cantaremos los dos, queremos
invitarlos a que formen parte de nuestro grupo, tú y Adolfo tocan la guitarra,
ya reunidos nos bautizaremos con un nombre digno y bajó la sagrada Historia que nos ha reunido de
nuevo hemos decidido no separarnos más, no creo en religiones, la católica me
ha hecho mucho daño con la persecución política parecida a la medieval, pero creo
que hay un Dios que vive dentro y fuera de mí, dentro y fuera de todas las
personas a quienes amo, ayer nací y voy a vivir para siempre, mi nombre no es
sólo Sandra Basaldúa, mi verdadero nombre es Libertad.