miércoles, 28 de agosto de 2013

Fumo más cuando llueve


                                                                                              Querétaro, Querétaro.
-No sé qué escribirle a mi novia.

Agosto 27  de 2013
Amado Julián, señor mío!
-¡Fumo más cuando llueve! Dijo mi amigo Paco y entonces recordé que yo fumaba cuando sentía celos y cuando me enojaba porque no estabas en las citas de resistencia estudiantil. Un día un chico me ofreció un cigarro, luego fuego, lo acepté porque me había disgustado contigo justo porque comentaste delante de mí:
 -¡Olvidé algo!, dije para huir y regresé a Valenciana.
.  Ofrecer fuego es una insinuación sexual, observó Jorge.
Me sentí incómoda. Cuando fui con el buen Jorge a exponer nuestros puntos a la facultad de química fumé otra vez, porque mi rival era química.
-¡Ya no fume Madame!. Luego se hace vicio y uno no lo puede dejarlo.
Después de todo lo que pasó en la  Ciudad Hundida dejé de fumar, pero siempre  que veo un cigarrillo, colillas o ceniceros, recuerdo muy bien, la sensación de  tu ausencia, la puedo oler en el humo  del cigarro, más ya no tengo la ilusión de verte al siguiente día.
Lilí dice que todo Querétaro huele a cigarro y es cierto, por eso en cada calle de adoquín me cala el peso de tu ausencia, en cada restaurante, en cada bar, en cada plaza, en cada patio barroco,  en la universidad, en cada bocanada.
El mundo está lleno de fumadores, está lleno de  la sombra de ti, es curioso que un objeto pueda darle vida a nuestros fantasmas, y esté cargado de simbolismos y sentimientos. Mañana cuando leas esto no volverás a ver un cigarro igual y entonces tal vez me encuentres  en cada cigarrillo que no he de fumar.
Hay un vicio del cual Jorge no me pudo prevenir, mi vicio es extrañarte, estoy llena de tu vacío y por eso a veces  soy insoportable, a veces paranoica y a veces  simplemente no resisto  mi realidad, otras tantas  no pido disculpas, sobre todo cuando creo que tengo la razón y me entra el orgullo.
Por si esto  no es suficiente, Paco escribirá una obra que contenga la que diga ¡Fumo más cuando llueve!  No será necesario que te nombre, tú estarás dentro sin saberlo palpitando en esa frase aunque no fumes, Octavio escribirá un cuento que diga ¡Fumo más cuando llueve! Yo  sólo te daré  esta carta y  esta frase:  ¡Te extraño más cuando llueve!
P.S. ¡Sí te amo!
Sandra Basaldúa. ¡Siempre tuya!

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