El amor
en los Tiempos de Sor Juana
Sandra Basaldúa
Martín Moreno es un escritor de Novela
Histórica, el libro del que aquí interesa es “Arrebatos Carnales” en el que
habla de distintos personajes de la Historia de México pero yo sólo me enfocaré
en la obra de Sor Juana (“La décima musa” “El Fénix de América”) y también me concentraré en algunos versos de
ella que vale la pena contemplar porque revelan su personalidad y el
ímpetu de su espíritu.
La línea que divide a la literatura de la
historia es muy delgada, ya que hay historiadores que escriben novelas
históricas y escritores que no han estudiado historia pero que escriben sobre
hechos reales. Cierto Historiador dijo en una conferencia que trataba de éste
tema que un Historiador es una persona que va a la universidad, estudia y su
vida ondea entre la vida académica y su trabajo de ser Historiador, es decir
investigador, porque el Historiador es un detective. En cambio un escritor es
por un error genético no necesita ir a la universidad sólo escribe y ya porque
nació con talento. Pues para disgusto de muchos y placer de otros Martín Moreno
es un escritor no un Historiador pero para escribir su obra por supuesto que
hizo trabajo de investigación, es un detective con talento literario que en lo
personal me conquistó con la Historia de Sor Juana.
Pues bien su obra empieza así “¿Qué mi tintero
es la hoguera donde tengo que quemarme?, pues podré decir, al verme expirar sin
entregarme que conseguiste matarme más no pudiste vencerme”. Ésta frase es de
Sor Juana. Soberbia la monja ¿no? Y ¿Cómo no iba a ser soberbia si la atacaban
sólo porque le gustaba leer y le complacía escribir que hizo de sus hábitos
terrenales una forma de vida. En el contexto que nos presenta Martín Moreno.
Esa máxima es verosímil.
La historia que todos sabemos desde la primaria
es que Sor Juana era una niña prodigio que aprendió a leer a los tres años, que
se engullía los libros de la biblioteca de su abuelo Pedro Ramírez, que tenía
influencia de los grandes poetas españoles.
Nada más para ver quiénes eran su ejemplo a
seguir vamos a citar a dos. Quevedo que escribió “Entre el clavel y la rosa su
majestad es coja” un poeta que le dice con rima a la reina que es coja y a uno
de sus colegas a los que no quería “Erase un hombre pegado a una nariz” tenía
elegancia para insultar el hombre, mientras el otro le respondía “Joroba por
delante, joroba por detrás yo no sé si vienes o vas” y dejando a un lado los
insultos nos vamos con un literato con palabras filosóficas y llenas de
sabiduría. Calderón de la Barca “ Qué es la vida un frenesí, una sombra una
ficción que el mayor bien es pequeño, que la vida es sueño y los sueños son”
Ellos eran su “mala” influencia.
Ahora esta es la historia que revela Martín Moreno. La condesa Paredes
María Luisa Manrique era esposa de un virrey por lo cual se les hizo la
encomienda de viajar a la nueva España, cuando llegaron visitaron El Convento
de las Carmelitas Descalzas, en el cual había una inscripción de la poeta que
dejó deslumbrada a la condesa, porque era escrito de una mestiza, mujer y
además monja que escribía con el mismo resplandor que el de los hombres
españoles.
Quiso conocer a la poeta se había pasado en el
convento consentida por el sacerdote Payo Enríquez Ribera quien le permitía
dadivas de tiempo para el estudio y le regalaba libros, él fue un pilar en la
vida de Sor Juana, recordando que ni vestida de hombre pudo entrar a la
universidad y no le quedó más camino que ser monja para entregarse a los
placeres mundanos que otorga el mundo de las letras.
Cuando la Condesa conoció a la poeta, admiro su
sencillez con la que vestía la monja, su inteligencia, su forma tranquila de
hablar, sus opiniones, sus pensamientos críticos para una mujer de sus
condiciones, su misma viveza contrastaba con sus atuendos, era una mujer de
frente altiva que había logrado sobrevivir en el mundo hostil de los hombres,
que tenían dominio familiar, político y religioso.
Hay que tomar en cuenta que la madre de Sor
Juana no se había casado, que ella misma sospechaba ser hija de un sacerdote,
que no conocía ni quería conocer a su padre y que admiraba la entrega total de
su madre a sus hermanas y aunque esclava del trabajo su madre era quien llevaba
las riendas de la hacienda porque los hombres no eran de fiar y los que se
casaban muchas veces arrebataban los bienes a las mujeres y las dejaban con los
hijos, la madre de Sor Juana era como una matriarca.
De eso hablaba con la Condesa Paredes, de eso y
de cómo Sor Juana había visto morir a tantos hombres porque eran curandero, parteras, herejes, judíos,
escritores o ateos que eran un blanco para los inquisidores que se quedaban con
el dinero o los bienes qué éstos dejaban, uno de los hombres que Sor Juna
recordaba era un escritor ateo al que quemaron vivo y quien gritaba “ Si Dios existiera no me pasaría
esto” . Altanera y sagaz Sor Juana era
un ser humano que le temía a la iglesia puesto que conocía su procedes y sus
pensamientos chocaban con los del régimen.
Sor Juana tuvo discusiones intelectuales con su
confesor Antonio Nuñez de Miranda porque ella pensaba defendía el libre
albedrío y decía que “Los hombres usurpan a Dios al Juzgar”. Fray Luis de León
decía “Las mujeres deben renunciar su propia voluntad y sujetarse a sus
prelados” en la perfecta casada, porque ese era el papel que le correspondía a
la mujer, según ellos. Me recuerda a un poema que no me gusta nada de Amado
Nervo que dice “Callada y silenciosa ve por la vida” ¿Qué no nacimos con boca,
pensamientos y sentimientos las mujeres? ¿Por qué la pluma es un pecado en las
mujeres? La respuesta es que la pluma es un arma para quien la sabe usar y Sor
Juana era un peligro para Iglesia católica.
Era un peligro porque renunció a su confesor y
esa fue una bofetada que quiso decir “Tú misógino sacerdote no tendrás
autoridad sobre mí” Sor Juana se preguntaba el por qué si en todas las mujeres
santas el ser instruidas y cultas era una virtud por qué en ella era un pecado.
Y era un pecado porque ella cuestionó en la Carta Respuesta Sor Filotea de la Cruz el papel de la mujer,
Por qué una mujer no puede dar misa? Han pasado tres siglos y no hay una monja
que oficie una misa.
Las causas por las que fue enclaustrada Sor
Juana es porque despertaba en los
hombres pasiones bajas como “la envidia,
prejuicios, intereses, supersticiones, intolerancia política y espiritual” y
todo el maldito poder de la iglesia católica de la Nueva España recaía en esa frágil y sensible mujer sólo
porque pensaba y dejaba testimonio de sus ideas en sus escritos que la Condesa
Paredes le ayudo a publicar en España bajo el pseudónimo Felipe Salayez y Juan
Sáenz, pero como el estilo de Sor Juana era tan peculiar el tribunal de la fe
supo que era ella la escritora.
¿En quién iba a refugiarse una mujer con el
peso de la iglesia y el gobierno en turno sobre sus espaldas? Cuando los
hombres demostraban ser unos “antropoides misóginos” En su amiga, por supuesto,
en los brazos de su amiga quien pensaba esto:
“Yo deseaba fervientemente contemplar la
existencia a través de los filtros que ella utilizaba. Llenarme con su dulzura,
contagiarme con su fortaleza, aprovechar la menor oportunidad para absorber las
esencias de ese ser privilegiado, luchar a su lado, hombro con hombro, con tal
de ayudarla a alcanzar sus objetivos, abrevar en su idealismo y divulgar, sobre
todo, su obra, su pensamiento, gritarlo hasta desgañitarme por todo el universo
para que nunca nadie la olvidara y se aprendiera de ella antes de que fuera
condenada a morir en la hoguera por bruja y sacrílega: yo la cuidaría, yo vería
por ella aun a la distancia, existieran o no océanos de por medio, yo velaría
su obra. “
Sor Juana se había burlado de su confesor Nuñez
refiriéndose a él como “Oráculo divino, sus palabras son oídas por todos y
dictadas por el espíritu santo”. Y por eso se le culpaba de:
“La acusan en secreto de insolente,
irreverente, impía, soberbia, altanera, atea, blasfema, profanadora, infiel,
execradora, imprecadora, malhablada, juramentosa, desvergonzada, atrevida,
egoísta, malagradecida, arrogante, deslenguada, petulante, hereje, procaz,
descarada, descocada, lanzada, temeraria, imprudente, irreligiosa, sacrílega,
fresca, jactanciosa, presumida, renegadora, maldiciente, irrespetuosa,
desconsiderada, descortés, ingrata, desleal, olvidadiza, altiva, engreída, presumida,
vanidosa, envanecida, orgullosa, desdeñosa, despreciativa, sólo porque cuenta
con el apoyo de los señores virreyes.”
Pero la
Condesa Paredes le dijo a Sor Juana que debía volver con su marido a España.
Ella su amiga, su salvadora por quién aún no había sido lanzada a la hoguera
todavía la iba a abandonar. ¿Se puede usted imaginar lo que sintió Sor Juana al
ser abandonada a su surte que no podía ser buena ya que ahora estaba en manos
de sus enemigos?
Sor Juana se hechó a llorar en sus brazos,
tanta valentía, tanto orgullo, tantos sentimientos acumulados, tanta fortaleza
que cabían en una sola mujer tenía que acabar en el lenguaje poético de sus
lágrimas desamparadas.
“Pues que lo sepa todo el mundo: Sor Juana no
perdería nada de su genio ni de su reconocimiento universal por haber amado a
una mujer como yo dentro del más hermético de los secretos. ¿O acaso moriría
sin haber amado? ¿No había dicho Jesús: amaos los unos a los otros? “
He ahí el secreto revelado, el acto de amor consumado, de una admiración mutua
nació una amistad intelectual y creció un arrebato carnal. Que a la Condesa no
le importó ponerle el cuerno a su esposo con quien tuvo un hijo ni a Sor Juana
que era una monja, revolucionaria, feminista
pero creyente y religiosa no le
importó mandar al diablo sus votos de castidad. ¡Qué amor tan grande, que vidas
tan tormentosas, que vida de poeta!
“Ni la vida religiosa ni matrimonial, ni la
liturgia conventual, ni las ceremonias palaciegas ofrecían a Sor Juana y a
María Luisa satisfacciones emocionales o sentimentales” Octavio Paz
La versión de Martín Moreno apoyada por ésta
cita de Octavio Paz le da soporte a su versión lógica de cómo fueron los
hechos.
Así que las sublimes damas fueron unas
transgresoras de la ética establecida por las normas sociales, eso era un
secreto, por supuesto que María Luisa no iba a abandonar a su esposo ni a su
hijo por mucho que amara a Sor Juana, por supuesto que Sor Juana aunque
amenazada y a la deriva no iba a poder fugarse con su condesa ¿A dónde irían? Su
lugar estaba en un convento. ¿Si para los varones eran pecado los pensamientos
inteligentes en una mujer? ¿Qué sería para los hombres y sus instituciones un
amor mutuo y carnal entre mujeres?
A Sor Juana la enclaustran en otro convento llamado San Jerónimo, le quitan
sus apreciados libros por supuesta ayuda comunitaria pero se los llevan a sus
bibliotecas personales, le prohíben escribir.
A un poeta que se le prohíbe escribir es como a
una persona que se le prohíbe respirar y ella lo seguía haciendo con menos
frecuencia porque tenía que fregar pisos.
“Ay mi bien, Ay prenda mía dulce fin de mis
deseos ¿Por qué me llevas el alma dejándome el sentimiento?”
“¿Que no he de ver tu semblante, que no he de
escuchar tus ecos, que no he de gozar tus brazos ni me ha de animar tu
aliento?”
¡Caballeros!, si estas palabras les parecen
falsas pecan de insensatos y de insensibles yo que soy mujer he llorado
mientras goteaban estas palabras porque soy capaz de sentir y vivir lo que esta
gran poetisa vivió, la poética de Sor Juana siempre me ha parecido sincera,
desde que leí sus poemas de amor, yo pensé, esta gran mujer debió haber amado
tanto para escribir así.
No me imaginaba que
a una mujer, pensé que un hombre había sido el afortunado y cuando supe
que tenía musa y amada ¿Cómo yo una simple mortal iba a poder juzgar un amor
tan grande? Mi admiración por Sor Juana ha crecido con el tiempo nada la ha
demeritado ante mis ojos y por el contrario yo
que soy heterosexual la amo, amo a Sor Juana, es mi personaje favorito
femenino de la Historia, hay muchos hombres a los que admiro de los que ya
están muertos como el Che Guevara, Lenin, Miguel Hidalgo, Zapata, José María Morelos también se gana mi afecto
y quiero mucho a dos hombres que ahora
mismo están haciendo Historia, pero Sor Juana es la mujer que me ha cautivado
porque ella siempre ha estado conmigo en
las malas y en las peores.
No soy una feminista radical, sé que el hombre
es físicamente más fuerte y las mujeres somos más frágiles ¿Qué mujer no desea
refugiarse en los brazos de un hombre? ¿Qué mujer no quiere ser protegida por
la fortaleza de un hombre? bueno Sor Juana no, pero yo sí. Lo que no me parece
justo, lo que duele, lo que tortura es la
incapacidad de muchos misóginos de convivir con mujeres porque no aceptan o no toleran que sean inteligentes. Se dice
que las cosas han mejorado y se ha ganado en primera instancia con el derecho
del voto femenino. ¿Aunque de qué sirve si no hay democracia? Ahora muchas mujeres profesionistas aportan a
su hogar pero trabajan lo doble que los hombres y hay casos que se pensarían
inimaginables en pleno siglo XXI por intolerancia y falta de respeto al género
femenino.
Sor Juana ayudó a
tratar a las víctimas de la epidemia de
tifoidea consciente de que eso ocasionaría
su muerte, su vida había perdido sentido estando bajo el yugo de la
iglesia católica y se dejó morir a los 46 años. Mostraré dos poemas que
me encantan de Sor Juana.
Detente,
sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
“Nunca nadie, y el tiempo lo
dirá, podrá apagar la luz que encendió Sor Juana Inés de la Cruz. La
silenciarán, sí, pero no la vencerán: sus letras serán eternas, su ejemplo
inmarcesible y su legado inagotable para ser disfrutado y aprovechado por todas
las generaciones subsecuentes. “
Este
amoroso tormento
que en mi corazón se ve,
sé que lo siento, y no sé
la causa por que lo siento.
Siento una grave agonía
por lograr un devaneo
que empieza como deseo
y para en melancolía.
Y cuando con más terneza
mi infeliz estado lloro,
sé que estoy triste e ignoro
la causa de mi tristeza.
Siento un anhelo tirano
por la ocasión a que aspiro
y cuando cerca la miro
yo misma aparto la mano.
que en mi corazón se ve,
sé que lo siento, y no sé
la causa por que lo siento.
Siento una grave agonía
por lograr un devaneo
que empieza como deseo
y para en melancolía.
Y cuando con más terneza
mi infeliz estado lloro,
sé que estoy triste e ignoro
la causa de mi tristeza.
Siento un anhelo tirano
por la ocasión a que aspiro
y cuando cerca la miro
yo misma aparto la mano.
Yo encuentro en los poemas de Sor Juana
Belleza estética, profundidad filosófica, perfecta simetría, lúdica armonía,
contradicción humana, perfección divina,
sinceridad histórica, pasión atormentada, cuestionamientos existenciales llenos
de ímpetu.
Respetando a los que piensan que no nacemos
con talento en mi experiencia como poeta creo que hay un requisito con que se
debe cumplir y es que hay que sentir para escribir. El historiador mencionado anteriormente que tiene una
concepción innata de los artistas pone una
condición más él dijo “Hay que tener cojones para escribir” yo creo que
hay que tener ovarios para escribir en tiempos de guerras silenciosas.
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