Veo el tiempo que he pasado enclaustrada por las
veces que cierro la puerta, en el polvo de estrellas infinito que palpo cada
vez que limpio los muebles,
Cuento el tiempo por las lágrimas que caen en un
silencio que grita pidiendo auxilio,
Veo que el tiempo ha pasado cuando mi cabello se
vuelve otra vez naranja por el jabón en polvo que uso al bañarme,
Veo el tiempo que pasa en la orzuela de mi cabello
que debo despuntar,
Cuento el tiempo que pasa por las uñas que crecen
y que son cortadas mientras anuncian que no has de llegar,
Cuento el tiempo por las veces que tiendo la cama,
por las veces en que guardado en mi bolsa un trozo de pan o una rebanada de
pizza,
Cuento el tiempo que pasa por las páginas que he
llenado de letras que cuentan mis experiencias, por las páginas que han
recorrido mis ojos, por los paisajes en que contemplo el dolor de que tú no
estás, por los abrazos que ansío de ti, por los besos que no me has dado,
Cuento el tiempo por las vibraciones de mi voz que
no se calla ni se callará, aunque se lo pida el imperialista asesino,
Cuento el tiempo por las estrellas que anuncian
nuestro destino, por los años luz que nos separan, por las nubes que se van sin
dejar rastro, por la huella de los aviones de propulsión, por los días de frío
que han vencido al calor, por las tazas que bebo de café clandestino, por las
píldoras que me hacen caer, volar, tener sueño y sentir jaqueca,
Cuento el tiempo por los segundos, minutos y horas
que se escapan de mis manos, por los sorbos que bebo de agua contaminada, por
los bocados de muerte que engullo en una lucha entre la sobrevivencia, el
placer que es pecado suicida, y la culpa de haber ingerido bacterias,
Cuento el tiempo por el compás de las canciones
que busco, que repaso, que encuentro, que canto, que lloro, que vivo, que
muero y revivo, por los pasos que ando y vuelvo a desandar.
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