martes, 16 de febrero de 2016

Los Actos que Decreto

                No sé dónde buscar una voz para escuchar
las respuestas que quiero, las palabras que pido,
las palabras que imploro, las palabras que ordeno,
 los actos que decreto
y sólo escucho el quejido del dolor que es más profundo que la noche
y que todas las noches de mi vida solitaria,
y cada noche que he muerto y he llorado tu ausencia que no tiene tregua, me desvivo:
yo que he asumido a la locura como un don,
yo que he gritado la palabra libertad con la garganta desnuda,
yo que en todos los discursos proclamo el nombre del amor con tu nombre implícito,
yo que en todos mis pasos he querido acercarme a ti,
no te encuentro, no están tus brazos cuando me faltas en la nostalgia,
no está tu rostro que iluminaba el mundo con tus ojos de sol,
no está la vida que había planeado a tu lado;
yo que había soñado con volar sobre precipicios y acantilados
yo que podía ver las llanuras y las montañas desde los cielos,
yo que he desafiado a los poderes de la oligarquía de los imperios y de la inquisición,
yo que he sido capaz de los sacrificios más sublimes,
yo que siempre he defendido al oprimido,
yo que me he aferrado tanto a ti para que te aparezcas, aunque sea en mis sueños,
yo me encuentro solamente con aullido interno que pide tu clemencia
para que hagas la revolución para liberarme, para que estés conmigo,
para que la justicia deje de ser utopía y se convierta en la realidad de nuestros días.





No hay comentarios:

Publicar un comentario