domingo, 22 de diciembre de 2013

Un sí

Me sentí amada con nuestros colores
que han sido como caricias delirantes
después de un tortuoso celibato
como una chispa de confirmación
de mis más hondos anhelos, como un sí
no pronunciado pero palpable como el deseo .

Nunca ante había volado tan alto
nunca antes había desafiado con tanta fuerza
los poderes inquisidores de la galerna, 
reté al destino y a los hombres del imperio
bailando en el aire con aroma a violetas.

Mi rebeldía ahora flota con la furia y el ímpetu 
del mar del tiempo. ¡Oh, que haría por tus besos!
te reglaría un racimo de uvas para que cada vez 
que tomes una broté más vida y vengas a mí 
como el hechizo de realismo mágico colombiano. 

Ahora galopo en caballos blancos 
a todo galope desde la sombría negrura del mar
hacia colores tornasoles con la ilusión 
de gritar “Tierra a la vista” y desembarcar
en mi destino que es tu amor infinito.


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