Exilio ya no siento aversión hacia ti,
no tengo nada que reprocharte y sería muy injusta
si lo hiciera
puesto que tú, exilio, eres el único lugar seguro
que tengo,
el único
lugar donde tiene cabida mi vida.
¿Qué nombre tendrás? ¿Qué país serás?
lo ignoro, pero ya agradezco tus calles tranquilas,
tus guaridas protectoras, tu gente que nos
cuidará,
serás testigo de mi vida en libertad,
y mi libertad tendrá el nombre de tu matria.
Siento el anhelo de verte,
me regocija imaginar el futuro que tú me
regalarás,
me recibirás con los brazos abiertos,
como una madre que adopta nuevos hijos.
En tus paisajes estará mi alegría,
con tus árboles altos superaré los traumas,
superaré el olvido, superaré el deseo,
superaré el dolor de mi patria herida.
Tu puerto será mi puerto de luna de miel,
tu mar será el mar de mi nueva Historia,
tu pueblo será mi pueblo de vida cotidiana,
y tu Dios será mi Dios.
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