Besa
mis labios de revolucionaria, toma mi cintura, acércate más, arranca mis ropas,
arranca mis miedos, las prendas que te despojaré serán mi bandera, abre la
puerta de la esperanza que he resguardado sólo para ti, abre las aguas de mis
mares palpitando con toda tu piel, con el corazón cabalgando al ritmo
primitivo del tambor cabalga en las inmensidades de este mar que soy, continúa,
avanza, rápido, lento, rápido, sin prisa, aún con el viento en contra que
acaricia tu rostro tú puedes conmigo alcanzar el crepúsculo, aférrate a mis muslos como a la vida, esculpe con tu fuego la utopía de tus sueños, que el vaivén de mi
cintura sea el ritmo de la Historia del mundo, el ritmo de la revolución de luna, de la revolución
del sol, de la revolución del agua, de la revolución del aire, de la revolución de la tierra, de la revolución del fuego, que los truenos griten de dolor y de placer, que los
vientos giman de respiración amorosa, que la luna se tiña de rojo, no te bajes
de este barco nunca más, marinero mío, ¡boga!, ¡boga!, ¡boga!, condúceme al aura, condúceme
al abismo, llévame contigo no me sueltes nunca más.
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