Llévame a tu sur
ahí donde el Quetzal
remonta su vuelo verde.
Ahí donde tu selva virgen
canta suspiros frescos
de ansias de amores,
quiero lavar mi rostro
en tus espejos de agua
y ver el resplandor
de tu cara a mi lado.
Llévame a tu sur
para sentir tu latido
al ritmo de las palpitaciones
del tambor
mientras me desnudas
en tu laguna de agua salada
que has forjado por tu llanto
y desolación.
Llévame a tu sur
y veremos carpas doradas
la florescencia de colores marinos
en tus arrecifes de corales tornasoles
escucharemos la música del mar en los caracoles.
Llévame a tu sur
quiero ver el lazo fiel
de tus guacamayas
descubrir el secreto
de la valentía de las Águilas.
Llévame a tu sur
Regálame el perfume del cedro
o de ocote en el incienso
para el rito de mujer maya
en el cenote para el regreso
del amado.
Quiero encontrarme con
la inocente mirada de la gacela
y la ternura ágil del venado,
siempre me he sentido presa
y no depredador.
Llévame a tu sur,
dame un ramo de Orquídeas
y otro de azafrán
yo te daré un beso de piña
agridulce como nuestro amor dolido.
Llévame a tu sur
donde revolotean las mariposas
para verte
porque tu valor
es más grande que el oro
pues no hay nada como sumergirme
en tus ojos de miel
y tu aura de sol enciende mi mundo.
Llévame a tu sur,
he colgado en mi cuello
un collar de turquesas
como muestra de mi amor,
tú me darás uno de esmeralda
como muestra de nuestra unión.
Llévame a tu sur
y esculpe mis sueños
con el barro de nuestros ancestros,
sólo llévame a tu sur.
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