Querétaro, Querétaro.
-No sé qué escribirle a mi novia.
Agosto 27 de 2013
Amado Julián, señor mío!
-¡Fumo más cuando llueve! Dijo mi amigo Paco y entonces recordé
que yo fumaba cuando sentía celos y cuando me enojaba porque no estabas en las
citas de resistencia estudiantil. Un día un chico me ofreció un cigarro, luego
fuego, lo acepté porque me había disgustado contigo justo porque comentaste delante
de mí:
-¡Olvidé algo!, dije
para huir y regresé a Valenciana.
. Ofrecer fuego es una insinuación sexual,
observó Jorge.
Me
sentí incómoda. Cuando fui con el buen Jorge a exponer nuestros puntos a la
facultad de química fumé otra vez, porque mi rival era química.
-¡Ya
no fume Madame!. Luego se hace vicio y uno no lo puede dejarlo.
Después
de todo lo que pasó en la Ciudad Hundida
dejé de fumar, pero siempre que veo un
cigarrillo, colillas o ceniceros, recuerdo muy bien, la sensación de tu ausencia, la puedo oler en el humo del cigarro, más ya no tengo la ilusión de
verte al siguiente día.
Lilí
dice que todo Querétaro huele a cigarro y es cierto, por eso en cada calle de
adoquín me cala el peso de tu ausencia, en cada restaurante, en cada bar, en
cada plaza, en cada patio barroco, en la
universidad, en cada bocanada.
El
mundo está lleno de fumadores, está lleno de
la sombra de ti, es curioso que un objeto pueda darle vida a nuestros fantasmas,
y esté cargado de simbolismos y sentimientos. Mañana cuando leas esto no volverás
a ver un cigarro igual y entonces tal vez me encuentres en cada cigarrillo que no he de fumar.
Hay
un vicio del cual Jorge no me pudo prevenir, mi vicio es extrañarte, estoy
llena de tu vacío y por eso a veces soy
insoportable, a veces paranoica y a veces simplemente no resisto mi realidad, otras tantas no pido disculpas, sobre todo cuando creo que
tengo la razón y me entra el orgullo.
Por
si esto no es suficiente, Paco escribirá
una obra que contenga la que diga ¡Fumo más cuando llueve! No será necesario que te nombre, tú estarás
dentro sin saberlo palpitando en esa frase aunque no fumes, Octavio escribirá un
cuento que diga ¡Fumo más cuando llueve! Yo sólo te daré esta carta y
esta frase: ¡Te extraño más
cuando llueve!
P.S. ¡Sí te amo!
Sandra Basaldúa.
¡Siempre tuya!