Allá,
lejos
Voy siguiéndote
los pasos,
¡Qué peligroso
es ser poeta
porque uno
siempre dice la verdad!
y no me importa,
yo te sigo y me leen.
Y sigo tu sombra
por veredas de olivo
y sigo tu
silencio
como si fuera
música.
Sé que estás en
mi matria
y estás aquí
porque me amas,
vives por mí en
el encierro
como un anónimo,
un fugitivo.
Y me extrañas,
allá, lejos
pero te llegan
mis pensamientos
y a veces mis
insoportables silencios
te conformas y
sonríes.
Porque guardas
esperanzas
y mis fotos te
acompañan,
floreces en mis
poemas
como la
primavera, sin penas.
Sabiéndote
revolucionario por el destino
tomas una taza
de café
y sorbes la fe mientras
contemplas desde
tu ventana el atardecer.
Y despiertas con
furia y con fuego…
entre nosotros
hay un hasta luego
porque nos
amamos, porque nos amamos
y me sabes tuya
aunque lejos.
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