En 1877 una desgracia sube a
la silla presidencial. El general Porfirio Díaz, personaje polémico, hay
todavía quienes le aplauden el crecimiento económico del país, el ferrocarril y
el afrancesamiento. He aquí una pregunta ¿De quiénes eran los bolsillos que
crecían? Porque desarrollo para el pueblo no hubo.
Desde el punto de vista del
mexicano común, el gobierno de Díaz es lo más opuesto a la bondad: es un
tratante de esclavos, un ladrón, un asesino, no imparte justicia ni tiene
misericordia…, se dedica a la explotación. (John Keneth Turner)
¿Cómo vivía el pueblo del
tercer Holocausto en México? Primero se les endeudaba cuando pedían maíz o
frijol prestado, esa deuda era la herencia de generación en generación,
trabajaban antes de que el sol saliera y terminaban después de la puesta de sol
con sólo una comida al día que consistía en frijoles o pescado echados a perder
y una bola de maza agria, dormían en el suelo hombres y mujeres
revueltos con un hedor masivo, como en los camastros de la segunda guerra
mundial, los hombres acosaban a las mujeres que también podían ser tomadas por
sus amos en contra de su voluntad.
Cualquier intento de reclamo,
de huida significaba tortura y muerte porque el espionaje estaba a
todo lo que da con guardias y ejército por la paranoia del señor
presidente. La militarización es el control de un sector atemorizado, es
opresión y violencia del que se cuelgan los tiranos y por supuesto como en la
segunda guerra mundial y cómo ocurre hoy en México todos los medios de comunicación
están controlados, diarios de insurgentes, periódicos que
desaparecen, columnista o reportero también desaparecen y no por
arte de magia sino porque se les acosaba y perseguía no sólo dentro del país
sino también en Estados Unidos, la razón es simple, si Don Porfirio para el
pueblo era un villano para los gringos, franceses y más extranjeros era
un inquisidor porque vendía no sólo territorio sino también a
personas.
Gradualmente, el país ha
caído en manos de sus funcionarios, de sus amigos y los extranjeros. Y por todo
esto, el pueblo ha pagado, no sólo con sus tierras. Sino con su carne y su
sangre; ha pagado con el peonaje y la esclavitud; la represión. El privilegio y
la represión van siempre de la mano.(John Kenneth Turner).
Entonces quién era realmente
Díaz, no es el ejemplo de un buen presidente y si el ejemplo de los tiranos que
han gobernado nuestra patria durante años que han saqueado al país, lo han
vendido a extranjeros, han explotado a los mexicanos y no han servido al pueblo
sino que lo exprimido dejando, pobreza, tragedia, masacre y muerte.
Porfirio Díaz contaba
por supuesto con el apoyo de la Iglesia, por el hecho de que ésta se encontraba
junto con el equipo de Porfirio en la cúspide de la pirámide. Los contados
privilegiados comiendo, vistiendo, viviendo y viajando a costa del pueblo, de
la miseria, del dolor, eran caníbales, aves de rapiña exprimían la última gota
de fuerza de cada esclavo al grado de que ni siquiera recibían atención médica
y los dejaban morir como animales a la intemperie inflamados o mutilados por
infecciones.
Bancos, minería, agricultura,
ferrocarriles, petróleo, industria, electricidad estaban en manos de
España, Francia, Inglaterra y Estados Unidos a quien le correspondía el 44% de
capital cuando los empresarios mexicanos contaban sólo en 4% y además optaron
por subordinarse a los magnates que se habían enriquecido con la venta
descarada del país.
Para imponer su
autoridad al pueblo que le es contrario, el general Díaz se ha visto en la
necesidad no sólo de premiar a los poderosos del país y tratar al extranjero
con libertad y felicidades, sino privar al pueblo de sus libertades hasta
dejarlo desnudo (John Keneth Turner)
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