Un pájaro contempla el paisaje
desde la lámpara
como yo contemplaba la Ciudad
Hundida
desde el balcón de La Dama de
las Camelias,
estaba sola mientras los demás
bailaban,
saqué un cuaderno de mi bolsa
verde seco y escribí:
“Suena triste pero apacible,
la noche llena, la luna mira vacía…”
la Luna era ella, la de
arriba, pero la Luna también era yo,
como testigo de la noche veía
todo lo que sucedía y lo que no me lo
imaginaba, ahí nació el poema
una noche en que tú me hacías falta:
¿Dónde? ¿Dónde estabas?
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