México no
puedo habitar en ti
aunque te
quiera,
he forjado
una utopía de falsas ilusiones
que defendí
con sangre que hoy es agua,
que defendí
con espada que hoy colapsa con el fuego enemigo,
que resistí
con vocación de mártir,
porque creí
que era real una revolución verdadera,
pero he sido
una tonta ingenua
víctima de
ensoñaciones y falacias.
¡Que se
derrita mi pasado con mis lágrimas
que brotan
del manantial de dolor
porque voy a
dejarte!
tal vez
tiene que ser así,
tal vez es
lo mejor para todos,
tal vez todo
fue un sueño de colores irreales,
tú no puedes
contenerme ni protegerme
y no pediré
lo que no quieres darme:
libertad y refugio.
¡Que suenen
las campanas,
que se
escuchen los cohetes
que
festejen en las ferias,
que el
dinero de imperialistas
y de
inquisidores cure las penas
de los
falsos revolucionarios,
que se
enciendan los castillos,
que brinden
los cómplices,
porque hoy a
perdido una revolucionaria
que ha
quedado sin sustento!
Lo lamento
pueblo mío,
el destino
quiso que yo no fuese una madre protectora,
llevaré un
equipaje ligero,
nada que me
recuerde a ti,
quemaré
todos los libros que me volvieron loca,
borraré de
mi memoria todas las canciones que me han trastornado,
y la
historia que escrito que se la lleve el viento,
y a pesar de
mi derrota los ojos de los espectadores
tendrán que
presenciar el rescate de mi amado
que
ejecutaré como valiente heroína,
y me iré con
él muy lejos donde haya paz,
lejos de
tanto circo y tanto teatro
y nunca
nadie más podrá hacerme tanto daño,
yo habré
hecho lo que me corresponde y lo demás
no está en
mis manos.
Mi muso será
mi patria, mi hogar, mi pueblo,
mi amado, mi
esposo y mi único paraíso
y viéndome libre
de las garras del asedio
nada más
podré pedir a la vida
porque en
ese entonces encontraré
la paz y el amparo
que tú me has negado .
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