“No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma, de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.”
Jaime Sabines
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma, de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.”
Jaime Sabines
Tengo una urgencia insoportable de verte,
urgencia que no calla ni muere porque destruye el
silencio,
urgencia de que tu hora y la mía estén en el
mismo sitio
de que tu boca y la mía estén en el mismo beso
de que tu piel y la mía respondan al mismo tacto
de que tu voz bese mi oído y mis labios te confiesen
con besos llenos de poesía con sabor a hierba
buena
lo mucho que te amo, lo tanto que te extraño
¡tanto, tanto, tanto!.
Tengo una urgencia de escuchar tu voz justiciera
para sentirme acompañada de ti, e invencible ante
todos,
de sentir tus brazos protectores derrotando mis miedos
con tu calor varonil que emerge de tu instinto de
héroe.
Tengo una urgencia sin tregua de ocupar
mi sitio a al lado de tus pasos, a un costado de
tu almohada
al paraje de tu ducha, al frente de tu territorio
cuando estés a la mesa,
de compartir el pan contigo y el vino y mi sangre
y mi cuerpo.
Tengo una urgencia de hurgar en tu esencia
el significado de tu nombre, el sueño de mi
profecía,
de palparte en cuerpo y alma hasta la última
caricia
desde siempre al final de todos los tiempos
infinitos.
Tengo una urgencia de alas que vuelen
una urgencia irresistible de libertad de
ambulante
de vagos pasos de tiempo sin reloj ni segundos
de tu cuerpo en el mío como el viento en tu pelo.
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