La vida es apenas un hálito celeste
una sombra del sueño y el sentido,
una bruma en que se desdibujan formas,
un sufrimiento que duerme y amanece,
y la ausencia de un amado que no llega,
las arduas penas resquebrajadas se vuelven nada,
y duele, duele, duele la epidermis!,
pero siempre al infinito hay esperanza,
y en tu amor pongo toda mi confianza.
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