domingo, 20 de noviembre de 2016

El Porfiriato


En 1877 una desgracia sube a la silla presidencial. El general Porfirio Díaz, personaje polémico, hay todavía quienes le aplauden el crecimiento económico del país, el ferrocarril y el afrancesamiento. He aquí una pregunta ¿De quiénes eran los bolsillos que crecían? Porque desarrollo para el pueblo no hubo.
Desde el punto de vista del mexicano común, el gobierno de Díaz es lo más opuesto a la bondad: es un tratante de esclavos, un ladrón, un asesino, no imparte justicia ni tiene misericordia…, se dedica a la explotación. (John Keneth Turner)
¿Cómo vivía el pueblo del tercer Holocausto en México? Primero se les endeudaba cuando pedían maíz o frijol prestado, esa deuda era la herencia de generación en generación, trabajaban antes de que el sol saliera y terminaban después de la puesta de sol con sólo una comida al día que consistía en frijoles o pescado echados a perder y una bola de maza agria,  dormían en el suelo hombres y mujeres revueltos con un hedor masivo, como en los camastros de la segunda guerra mundial, los hombres acosaban a las mujeres que también podían ser tomadas por sus amos en contra de su voluntad. 
Cualquier intento de reclamo, de huida significaba  tortura y muerte porque el espionaje estaba a todo lo que da  con guardias y ejército por la paranoia del señor presidente. La militarización es el control de un sector atemorizado, es opresión y violencia del que se cuelgan los tiranos y por supuesto como en la segunda guerra mundial y cómo ocurre hoy en México todos los medios de comunicación están controlados, diarios de insurgentes, periódicos que desaparecen,  columnista o reportero también desaparecen y no por arte de magia sino porque se les acosaba y perseguía no sólo dentro del país sino también en Estados Unidos, la razón es simple, si Don Porfirio para el pueblo era un villano para los gringos, franceses y más extranjeros era un  inquisidor porque vendía no sólo territorio sino también a personas.
 Gradualmente, el país ha caído en manos de sus funcionarios, de sus amigos y los extranjeros. Y por todo esto, el pueblo ha pagado, no sólo con sus tierras. Sino con su carne y su sangre; ha pagado con el peonaje y la esclavitud; la represión. El privilegio y la represión van siempre de la mano.(John Kenneth Turner).
Entonces quién era realmente Díaz, no es el ejemplo de un buen presidente y si el ejemplo de los tiranos que han gobernado nuestra patria durante años que han saqueado al país, lo han vendido a extranjeros, han explotado a los mexicanos y no han servido al pueblo sino que lo exprimido dejando, pobreza, tragedia, masacre y muerte.
 Porfirio Díaz contaba por supuesto con el apoyo de la Iglesia, por el hecho de que ésta se encontraba junto con el equipo de Porfirio en la cúspide de la pirámide. Los contados privilegiados comiendo, vistiendo, viviendo y viajando a costa del pueblo, de la miseria, del dolor, eran caníbales, aves de rapiña exprimían la última gota de fuerza de cada esclavo al grado de que ni siquiera recibían atención médica y los dejaban morir como animales a la intemperie inflamados o mutilados por infecciones.
Bancos, minería, agricultura, ferrocarriles, petróleo, industria, electricidad estaban en manos  de España, Francia, Inglaterra y Estados Unidos a quien le correspondía el 44% de capital cuando los empresarios mexicanos contaban sólo en 4% y además optaron por subordinarse a los magnates que se habían enriquecido con la venta descarada del país.
Para imponer  su autoridad al pueblo que le es contrario, el general Díaz se ha visto en la necesidad no sólo de premiar a los poderosos del país y tratar al extranjero con libertad y felicidades, sino privar al pueblo de sus libertades hasta dejarlo desnudo (John Keneth Turner)







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