jueves, 5 de enero de 2012

La Hora Perpetúa

La hora perpetúa


Me ahogo en las tinieblas de las horas
Me hundo en el silencio de la noche
Se cierra mi garganta  a  las palabras
Cual si  las callaran mis labios por un parche.

Si  los suspiros  se volviera alas
Si el dolor se convertirá en fuerza
Y se agitarán los sonidos en las olas
Que golpean, que braman  con dureza.


Llegará la hora  que sea  perpetúa
Arribará  la ola que rompa los yugos
Y mi llanto apretado será agua
Que moje los  sedientos labios.

Mi sangre contaminada será la que luche
De mi garganta acechada saldrán himnos 
Que entonaran el mundo con derroche
 De los hombres y mujeres por fin vivos.

Y el hambre que hoy provoca  robos
Es el motivo de quienes  llaman rebeldes
La sed que  hoy cede a los sobornos
Es el agua que  despertará  a los títeres.


Se levantarán de polo a polos  océanos
Para derramar vida por todas las  cuencas
Y los  mares  extasiados danzaran ritos
Admirados por la luna que contempla  a  solas.

Los bosques  vociferaran  el canto de las aves
Que aprenderán a entonar   las fieras
Y los colores boreales esparcirán  fulgores
 Para bañar de luz  los  abatidos paisajes.

Se apreciará  la vida de las selvas
Por los rayos de Lacandona y Amazonas
Ceibas y caobas aferrarán sus raíces
A las entrañas de la tierra y sus torrentes.

Ehécatl  dará un soplo vital de los Andes
 A los Alpes y el susurro de los caracoles
 Emitirá el lenguaje secreto de los novios
Que se comunican con murmullos  a lo lejos.

Ak Kin  enviará sus rayos para cubrir de amor
A los corazones que tiritan de frío
Y lanzará una  mirada  llena de brío
Para quemar las secuelas del  dolor.


Itzamná   cerrará los ojos y abrirá las mentes
Para la hermandad esculpirá corazones humanos
Y a las bestias las  dejará sin idioma,  vagarán como entes
 Sin un puñado de tierra y el agua escurrirá por sus  manos.